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Fecundaciones Cósmicas – Curso de comunicación con la naturaleza XIX

meteoritos

Imaginad un óvulo humano, o animal o vegetal.  Una esfera de vida esperando la caída del espermatozoide, o del grano de polen que active la formación de un nuevo ser. Si ampliamos la imagen de esa esfera y la hacemos crecer tan grande como un planeta, como nuestra Tierra, ¿qué serian los espermatozoides?

“Como es arriba es abajo” reza el texto del Kybalion. Lo que está al alcance de nuestra vista no solo nos permite aprender de lo que alcanzamos a vislumbrar sino también de lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande.

Hoy sabemos que en nuestra amada Tierra hubo una época de grandes movimientos en los que la caída de grandes meteoritos (espermatozoides cósmicos) sembró de moléculas orgánicas el útero terrestre. Cimientos de una vida que todavía no había tomado posesión del planeta.

Al igual que un espermatozoide fecunda un óvulo, los cuerpos celestiales fecundaron la Tierra de precursoras de vida.

También nuestro Sol lo hace, a diario, con sus rayos que transmiten calor, luz e información multidimensional, mucha de la cual no sabemos aún descodificar. Esa fecundación diaria de la Madre Tierra por el Padre Sol, origina la formación y el mantenimiento de sus hijos y también de nuestra evolución gracias a la información sutil que fecunda nuestra mente, femenina, ávida de conocimiento.

A nivel microscópico esa fecundación se da entre átomos de polaridades distintas. Iones positivos (cationes) que se unen a los negativos (aniones) por el principio de atracción. Se atraen para unirse y formar una nueva vida en forma de molécula, mayor y distinta en propiedades a sus progenitores. La polaridad se expresa por doquier y conociendo la parte que nos es accesible, podemos comprender el Universo entero.

Si nosotros somos una consciencia evolucionante que recorre los caminos de la vida para aprender y amar más y más, quién nos dice que los astros y planetas no serán también consciencias vivas y evolucionantes que recorren el Cosmos para aprender y amar más y más.

Nuestros ancestros ya conocían esta realidad de un planeta vivo, una conciencia planetaria de la que formamos parte. Para ellos siempre ha sido evidente que cabalgamos el cosmos en un ser vivo y con consciencia. Y si también el Sol sería un ser cósmico, sembrador de vida en cada planeta al que sus rayos acceden.

¿Qué somos nosotros en ese ser inmenso? Vayamos de nuevo a lo pequeño para comprender lo grande, a nuestro cuerpo, especialmente a los intestinos, donde más de 400 especies de microbios distintos conviven en una simbiosis fluida. Esta flora intestinal es la responsable de la fabricación de diversos neurotransmisores como la serotonina, de la que fabrica mucha más que la que se produce en el cerebro. Este microbioma en equilibrio, nos aporta salud y regeneración, en desequilibrio una flora alterada es poblada de organismos que modifican nuestra química corporal y puede llevarnos a enfermar física, mental o emocionalmente.

En esta Tierra, en esta Gaia nosotros somos esos microorganimos, que de estar en equilibrio entre nosotros y con nuestro entorno contribuimos al bienestar de Gaia, o de lo contrario somos como parásitos que alteran el entorno para su bien, pero llevan al planeta por el camino de la enfermedad. Una infección que Gaia tratará de combatir con fiebre (calentamiento global), temblores, etc. Al igual que los microbios de nuestra flora están conectados con nosotros e influyen en nuestro cuerpo y mente (de hecho podríamos decir que somos uno con nuestros microbios), los humanos somos consciencias evolucionantes conectadas a la conciencia de la Madre. Somos neuronas de ese cerebro cósmico y por ese motivo somos tan importantes en la cadena de vida planetaria y cósmica. La suma de muchas consciencias pueden fortalecer o alterar la conciencia de ese ser que en su viaje por el universo nos lleva consigo para evolucionar conjuntamente.

Como siempre digo “Todo está vivo, todo tiene conciencia y todo evoluciona”[1]

[1] Para más información al respecto podrás encontrarla en mi libro “La conciencia de Gaia” que se puede adquirir en nuestra tienda online www.tiendaeljardidelesessencies.com

2 comentarios en «Fecundaciones Cósmicas – Curso de comunicación con la naturaleza XIX»

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