El viento sopla fuerte y nuestra mente se agita.
El agua corre riachuelo abajo, llevando nuestras emociones al gran mar.
El calor del Sol calienta la roca y nos pegamos a ella como lagartijas.
La luz penetra entre las ramas de la secuoya para alcanzar la oscura tierra.
Y entre el viento, acontece la calma.
Y el agua se remansa en la suave orilla.
Y el calor del Sol nos cierra los ojos, para abrir corazones.
La luz está en cada rincón, meciendo el silencio.
Y escapamos buscando consuelo y sanación en el gris cemento cuando deberíamos recordar de dónde venimos, qué Somos.
Yo Soy Agua, y Aire, Y Fuego. También Tierra. En mi están los vientos más huracanados y las brisas más suaves. En mi el agua fluye, sale, entra, se evapora y enfría. El fuego calienta mi cuerpo con su sol interior y la tierra resiste el embate de los elementos desgastándose con los años y cediendo su rigidez, redondeando sus asperezas.
Y el árbol me dice como debo respirar, y la primavera me habla de florecer en mi mente, y las raíces de compartir lo que me sobra para que no falte nada a nadie, y en el tallo sostengo a muchos. Y doy frutos y frutos como para dar más frutos.
¿Como puedo sanar? Pregunto al viento:
-Recuerda quién eres, Señor de los Elementos, -me sopla una brisa en el oído.
Y al recordar sano
Y me lo dice a mí, como humano, pero te lo dice a ti, mi hermana, mi hermano. Señores de los Elementos.
El ego en su complicada búsqueda para permanecer, nos aparta de la sencillez que lo anularía.
Pensamos que solo una complicada química aliviará nuestros sufrimientos. Que solo aquello que requiera de mil filosofías elevará nuestro ser. Que sanaremos solo tras encontrar la piedra filosofal, que por otro lado nunca hallaremos.
El agua del arroyo canta al agua de nuestro cuerpo y le recuerda que debe fluir y la resonancia de ambas consigue su equilibrio.
El árbol que lleva miles de años como especie penetrando con sus raíces la tierra nos lleva la ventaja de la edad y del silencio que nosotros, como la más recién especie, al igual que un niño pequeño solo sabe correr de aquí para allá, explorando sin conciencia aún su entorno.
Silencio nos dice, mientras las hojas caen al suelo en otoño para callar para siempre.
La roca, permanece para señalar la fortaleza que llevamos dentro, pero a pesar de la tozudez de las edades cede ante el viento y el agua y nos cuenta de la flexibilidad que es la vida, aunque sea inorgánica.
¿Qué puedo deciros que no sepáis ya? ¿Que no nos contara nuestro maestro, el Dr. Edward Bach? Decía él: “Salgamos al Sol”.
Y hablaba de como serían los hospitales del futuro, situados en plena naturaleza, rodeados de verdor y vida. Os digo, hermanos, que ese futuro ya ha llegado.
Acercaos a la mar, la gran maestra de las emociones de la Tierra que en su infinito Amor, disuelve y libera emociones y sentimientos y los purifica con la sal, el Sol, y sus corrientes. Como dice un ser muy especial que llena mi vida: “La Mar a todos les da lo que necesitan a cada momento”. Qué razón tiene.
Acercaos al bosque a celebrar la vida que bulle. Echados en el suelo veréis cuanta vida diminuta hay por todas partes y toda, toda ella, es animada por la misma luz que nos anima a nosotros.
Subid al monte más alto de vuestra zona y mirad los valles. Esta es la vista que tienen los pájaros con su mirada distante de otros reinos. Subid para pedir consejo a las alturas de vuestro ser. Viendo el paisaje como una maqueta, así veréis vuestra vida. Y desde el alejamiento, podréis acercaros al centro de vosotras mismas.
La naturaleza sana porque nosotros somos naturaleza. Sana porque las vibraciones de un mar, un bosque, una montaña, un desierto, una estepa, un glaciar, etc, en equilibrio, resuenan con nuestros mares, glaciares, montes y bosques interiores y les devuelven el equilibrio que perdieron antaño por un uso excesivo de la mente y un dominio del ego desenfrenado.
La naturaleza sana, sobre todo, porque nos lleva más allá del ego y nos recuerda Quienes Somos.
Un abrazo de Oso
Buenas tardes, que flores de Bach debería tomarme sabiendo que mi porcentaje es de :
Tierra: 2 tauros ,3 virgos, 2 capricornios ,en total 7 ,mucha tierra
Agua: 3 piscis
Fuego :1 leo ,2 Sagitario
Aire : 0
Cuál sería mi equibrio ? ,Muchas gracias
Hola Carla,
por lo que dices vas escasa de Aire. Te podría ir bien tomar las flores d Bach que aportan dicho elemento. Lo puedes ver en la entrada XVI de este curso. Saludos
Jordi
Preciós, gràcies Jordi!
Una abraçada també per a tu !
Laura 649923403 *www.laurapedroxaus.com *
Extraordinària la bellesa de les teves paraules, que contenen tantíssima certesa.
Quantes coses ens explica i ens entrega la mare natura.
Mil gràcies Jordi!
sempre aprenem i despertem…. amb al que ens expliques.
Es una fortuna que hi hagi éssers com tu, sincerament.
Judit.
Moltes gràcies Judit. Una abraçada i a seguir tots plegats aprenent de la Natura