¿Como estás ? Ahora que ya llevamos unos días con la Meditación del Cosmos, quería contaros un poco como nació. En el audio adjunto os lo comento.
Lo más importante de esta meditación, según me comenta mucha gente es el hecho de lo completa que es la sensación al terminarla.
Nos ayuda a recordar que somos seres cósmicos y eso nos aporta tranquilidad, paz, calma, sentido de pertenencia a algo mayor, etc., pero no solo es una meditación que nos centra en nuestro Ser y nos recuerda lo grandes que somos al mirar más allá del ego, sino que nos ayuda a sentir que también somos poderosos y que como parte de ese gran ser universal del que somos una célula, podemos intervenir vibrando en el Amor en momentos de dificultad y para el bien de todos. Esa vibración ayudará a borrar el miedo que tan grande es en estos momentos para mucha gente. Esa vibración aportará calma.
Mi pareja, que es doctora, me decía que lo que más le está costando es ver a los ancianos y ancianas morir solos. Las medidas de precaución y aislamiento hacen que solo un pariente pueda estar con la persona aislada, y no siempre y eso hace que la persona viva en soledad sus últimos momentos y en algunos casos muera sin una mano amiga tomando la suya.
¿Que os parece si enfocamos parte de nuestra bendición que viene de la Tierra y el Cosmos y de nuestro corazón cósmico, a la gente que está en los cuidados intensivos, en aislamiento y también para sus familias? Para que la transición sea suave y sientan la calidez de la humanidad junto a ellas. Dejaoslo sentir. Allá donde vaya vuestra vibración, que es la de todos, estará bien. Muchas gracias árboles humanos.
Como os comenté en el audio anterior aquí tenéis la Meditación del Cosmos, una meditación que recibí hace 4 años y que ahora parece ser el momento de entregar. No hace falta decir nada más: practicala y si te és útil compártela. Un abrazo
En el segundo día de confinamiento y después de un primer día con enojo, frustración por no poder acceder al Jardí y añoranza de mi pareja, que como médico que és, está prestando su servicio en el hospital de Granollers y con la que no nos veremos al menos en 13 días más. Decidí explorar todo lo bueno que esta situación nos puede aportar.
Por eso otro audio. A pesar de tener más tiempo que nunca para escribir, me apetece más comunicarme con audios espontáneos y sin corregir, como si habláramos directamente, mirándonos a los ojos.
En el audio no cuento esta otra reflexión que me viene, al pensar en lo que la gente confinada y toda la gente responsable que se cuida para evitar el contagio estamos haciendo. El miedo domina por la propia supervivencia y es inevitable en parte, porque es inconsciente, pero por las características del virus la gente joven y los adultos sanos no tenemos nada que temer (o muy poco). Así cuando evitamos los contactos sociales estamos protegiendo a la gente mayor del contagio. Nuestro abuelos y padres, que como sociedad a menudo hemos abandonado y olvidado ahora son el centro de nuestro vivir. Nadie quiere sentirse responsable de un contagio y menos aún a alguien de la propia familia. Así, sin quererlo, la gente joven que se cuida hace consciente esta preocupación por los mayores y como si de una tribu indígena se tratara, los ancianos y ancianas recuperan el lugar central que les corresponede en toda sociedad más cercana a la naturaleza. Un fuerte abrazo
Un audio sobre lo que en estos días está sucediendo con el coronavirus y sobretodo el hecho, más importante que el virus, que es el egregor que estamos generando a nivel colectivo y como hacerle frente con algunas esencias florales.
En especial con Aspen y Gorse de Bach, Álamo negro y Ajo Silvestre del Jardí y todas las esencias que nos saquen del miedo, refuercen nuestro ánimo y nos recuerden que somos nosotros los que, como seres creadores, podemos influir en nuestra forma de ver el mundo y ser críticos con lo que algunos medios nos quieren hacer ver. Una manera de entender nuestro universo que ya no va con muchos de nosotros.
Las esencias florales no son un producto externo que viene a ayudarnos, son una parte de la Naturaleza que viene en auxilio de otra parte, para conseguir el eterno equilibrio dinámico de ésta, nuestra Tierra.
En el momento de escribiros acaban de confinarnos en nuestras poblaciones y en 14 días no podremos salir de nuestras casas.
Hola de nuevo. Aquí tenéis un audio sobre la madurez que nos transmiten las plantas y la necesidad de ser conscientes de nuestros procesos internos. Un arbrazo.
¿Sabes que la mayoría de las especies de pinos
que podemos ver en cualquier rincón de la tierra tienen su origen hace unos 65
millones de años?
¿Sabes que las esencias de las flores de la mayoría
de los pinos trabajan aspectos relacionados con la culpa?
¿Sabes que la culpa es un sentimiento
exclusivamente humano?
Conclusión: Toda enfermedad, su cura. Toda
emoción no comprendida, su respuesta. Todo pensamiento de oscuridad, su luz. Nuestra
Madre Tierra tiene en su ser la totalidad de seres que forman una unidad en
equilibrio dinámico. Cada desequilibrio tiene su respuesta para volver al
equilibrio.
El ego humano, siempre en lucha por sobrevivir,
genera en la Madre Tierra tal respuesta de Amor que todos los Seres que la pueblan
sienten el anhelo de servir para ayudar a nuestra evolución como seres sintientes,
conscientes y evolutivos. Es el Amor de un Ser tan grande que escapa a nuestro
razonamiento. Es el Amor por sí misma. Nosotros, también somos ella.
Madre Tierra sabe que la mayor parte de la
humanidad es una sociedad adolescente que se revuelta en contra de su origen.
Pero Ella sabe también que esta es solo una etapa y que los humanos
maduraremos. Ella y el resto de sus hijos, nuestros hermanos, esperan ansiosos la
maduración humana que nos devuelva a la conciencia de Unidad con el Todo.
Si los humanos sentimos culpabilidad, los
pinos nos enseñan a perdonarnos. Si los humanos sentimos debilidad, las rocas
nos muestran lo que es la fortaleza. Si los humanos escondemos muchos de
nuestros aspectos en el oscuro inconsciente, los hongos, con sus cuerpos frutíferos,
las famosas setas u hongos lo llevan a la luz.
Escucho un pájaro trinando cerca de mí. Su
vibración sonora armoniza mi corazón. ¿Acaso el sonido no es curativo? Al igual
que el aleteo de una mariposa que se posa en mi hombro y me permite contemplar
la belleza que alimenta mis ojos y eleva mi alma. Tan sutil contacto con sus
delgadas patitas moviliza todo lo delicado de mi ser. Y tomo asiento, arrobado
de tanta belleza, y la roca me sostiene y les dice a las células de mis huesos
como son de fuertes, cuan importantes son y juntas vibran lentas para que lo
sólido siga siendo sólido.
Y el agua siga siendo agua, dice el arroyo
cristalino que mueve la energía de mis riñones. Cada ser expresa su amor siendo
sí mismo.
Cuando te detienes a ver, a escuchar, a
sentir, todo cobra sentido. Todo sana. El viento te mece, como lo hacen las
olas. La lluvia te libera de las ataduras de la sequía del corazón.
Pero no te detengas ahí. Hay más, mucho más. Detrás
de cada ser hay un mundo poblado de seres sintientes que no vemos con los ojos
del cuerpo pero que el corazón percibe con claridad. Ellos, en una vibración rápida
que los alejan de nuestros sentidos, están siempre cerca anhelando la reunión
con los hermanos humanos.
En su vivir, vivifican su entorno. En su vivir
llenan de sentido los recovecos de la materia. Y al igual que el resto están para
servir, para servir a la Gran Madre de Todos, alentando el crecimiento de sus
hermanos menores.
No, no son fábulas, aunque estas quedaron de
un tiempo pretérito en que humanos y naturaleza eran uno.
Yo ya no quiero ser más un adolescente. Quiero
volver a la Madre entera y adorar al Padre Sol que nos calienta y alimenta.
Quiero vivir desde el corazón y ver con sus ojos y escuchar con sus oídos.
Silencio. El Silencio en la naturaleza es la
clave. Cuando la mente deja de analizar y el diálogo interior cesa, el Corazón
se abre. Si, es entonces que sanamos. Es entonces que somos Uno.
Hace unas semanas, un ser allende la materia
que centraba su actividad en una cascada (la de la fotografía) me hizo saber,
hablándole a mi corazón, que todos los humanos que sin excepción que se
acercaban a contemplar la belleza de la vertiente lo bastante cerca, eran
bendecidos con las gotas de agua que el aire suave llevaba a sus rostros y
cabellos. Cada gota se fundía en el ser humano que se aproximaba a la belleza
del agua cayendo. Gotas de Amor para disolver el barro de las existéncias.
Si, hermanos, la naturaleza sana. ¿Y porque
nos sana a nosotros que tan destructores somos de los espacios de la Gran Madre
y de nuestros hermanos?
Nos sana porque la naturaleza, al igual que el
cuerpo humano, se sana siempre a si misma. Si, la naturaleza nos sana para
sanarse a sí misma. Porque Somos Naturaleza Una en una miríada de formas. La
naturaleza sana la parte que necesita sanación de sí misma.
Hay una máxima del mundo espiritual y del
universo en general que dice que para obtener hay que pedir, que para percibir
hay que desearlo desde el corazón.
¿Lo Abrimos juntos?
Respira profundamente tres veces delante de cualquier ser natural (planta, animal, hongo, etc.), espacio, paisaje. Allí donde sientas la belleza. Cierra después los ojos y siente tu corazón, su espacio más allá del corazón físico y percibe qué cambia, que se mueve, que se siente.
Hermana, Hermano. Somos uno en el Corazón de
la Madre Tierra. Gracias.
A lo largo de los años, mi visión sobre la
naturaleza se ha ido modificando sustancialmente y puedo predecir, sin lugar a
dudas, que lo seguirá haciendo.
Pensémoslo desde nuestra relación con las
plantas curativas. Desde la antigüedad el ser humano ha usado las plantas
medicinales para su curación y su alimentación. Aspectos, ambos, que a menudo
son el mismo pues una buena alimentación, aparte de prevenir determinadas
enfermedades, puede llegar a sanarlas.
La visión era clara. Un cuerpo vegetal para
curar un cuerpo humano. La bioquímica de las sustancias vegetales para corregir
la bioquímica en desequilibrio de la enfermedad en el cuerpo humano.
Lo físico con lo físico, por resonancia.
Con el devenir de las eras, algunos maestros,
como el Dr Edward Bach entre otros, empezaron a darse cuenta de que muchas
enfermedades no eran causadas por el cuerpo en sí, sino que la causa original
era la mente, las emociones y los sentimientos. Aquello que pensábamos, aquello
que sentíamos alteraba nuestra química corporal y nos hacía enfermar.
Aún hoy día algunos ponen en duda que las
emociones o la forma de pensar la vida puedan afectar tan intensamente al
cuerpo, pero cada vez son menos.
Uno de los muchos méritos de Bach fue el de no
solo hablar, pensar y filosofar al respecto de la curación y las causas de la
enfermedad, sino que elaboró un sistema de esencias de flores para apoyar su
teoría. Unas flores que estaban preparadas con la finalidad de abordar las
causas mentales y emocionales de los sufrientes.
En una primera fase y durante unos seis años
elaboró 19 esencias florales usando el método de la solarización, por el cual
en un bol de cristal lleno de agua pura se disponían las flores recién cortadas
y se dejaban al sol por unas tres horas. El resultado filtrado de ese proceso
se llamaba tintura madre y era conservada en brandy.
En esa forma de elaboración ningún principio
activo de la planta se disuelve en el agua del bol. Como sabemos que las flores
de Bach funcionan, eso significa que en ausencia de principio activo
bioquímico, tiene, por necesidad, de haber un principio activo de otro origen.
Muchos hemos llamado a ese principio energía, pero de un tiempo atrás a este
momento, yo prefiero llamarlo información. Se trata de una información sutil y
que por el momento no es medible pero que sabemos que funciona pues a pesar de
la ausencia de pruebas científicas y medidas al respecto, lo avala el uso
creciente y efectivo que dichas flores han tenido desde los años 30 de siglo
pasado.
Bach encontró o recordó la manera de extraer
un principio vital y sutil de los vegetales (la información), que incidiera en
el ser humano para ayudar a su armonización. Pero ¿qué armonizaban dichas
flores? Armonizaban unos aspectos también desconocidos por la ciencia, como son
los cuerpos emocionales y mentales del ser humano, ampliamente conocidos por
las culturas tradicionales de oriente.
Si la causa de la enfermedad según Bach era
mental y emocional, la cura debería venir de armonizar los cuerpos emocionales
y mentales. Como el ser humano es un ser integrado, la armonización de mente y
emociones traería la armonía al cuerpo, tarde o temprano. Trabajando la causa,
el efecto cede.
Bach siguió explorando y en 1935 y durante
unos 5 meses elaboró 19 esencias más, y de ellas 18 siguiendo un método
distinto de preparación: la ebullición. En este método hervía durante media
hora las flores con sus ramas y hojas si las hubiera para obtener una tintura
madre que una vez enfriada también conservaba en brandy. Él llamó a estas
nuevas esencias, las más espiritualizadas, pues según él, con este método se
trabajaba más cerca del espíritu, de la causa final de todo y por lo tanto más
cerca también a la causa de los errores que nos llevan a enfermar.
Estas nuevas esencias trabajaban más cerca de
las causas de determinados conflictos de la personalidad. Seguramente en los
cuerpos más sutiles. Posiblemente en los cuerpos de sentimientos. El cuerpo de
sentimientos, que algunas llaman cuerpo astral, es el hogar de las emociones
que han sido alimentadas con la energía constante de la mente, haciéndolas
crecer y fijándolas. Son más sutiles, pero al haber sido mentalizados, son más
difíciles de modificar, de armonizar. Se trataba también de estados menos
personales y más generalistas. Más cercanos al todo y seguramente muchos de
ellos son estados por los que todos hemos pasado o pasaremos a lo largo de
nuestra vida.
Repasemos lo visto hasta ahora. De una
misma planta (y eso es lo quizás más sorprendente) podemos obtener un
extracto fitoterapéutico que trabaje el cuerpo físico del ser humano, una
esencia floral elaborada al sol que equilibre el cuerpo emocional y mental y
una esencia floral hervida que ayude en aspectos más generalistas (como
traumas, tristezas, nostalgias, obsesiones y un largo etc.) y que incidirá en
varios de los cuerpos sutiles del ser.
¿Es eso todo?
No. De esa misma planta podemos elaborar una
esencia con la ayuda de una geoda mineral (como por ejemplo las de amatista,
una de las más comunes). Una geoda es una estructura mineral cristalina de
forma cóncava a la que le puedes poner agua en su interior. Realizando una
conexión consciente con la planta, le pides si puede verter la información
sutil que guarda su ser en el agua contenida en la geoda. En unos minutos, esa
agua se llena de la información sutil del ser vegetal. Una información muy
sutil que ayudará a trabajar los cuerpos, también sutiles del ser humano. En
especial el cuerpo del patrón etérico y el cuerpo causal. Cuanto más cerca de
las causas podamos trabajar, más cerca estaremos de comprender el desequilibrio
y corregirlo. Las esencias que elaboramos por este método en el Jardí están
dando algunos resultados espectaculares y esperanzadores y seguimos
investigando al respecto.
¿Y es eso el final?
Pues no. Y ese no, entronca en el trabajo que
venimos llevando a cabo en el Jardí desde hace ya algunos años. Después de
elaborar por los distintos métodos, ¿cuál es el siguiente paso?
Os diría que dejar de elaborar. Conectar,
simple y directamente con el Ser vegetal y con su permiso y colaboración
consciente crear una relación de sanación de nuestra parte en desequilibrio,
con su Ser equilibrado y especializado en trabajar en algunas áreas del Ser
Cósmico. Cada especie no es solo distinta por sus formas y sus colores, por
cómo y dónde crece, sino que es distinta por como es su Ser y por qué tipo de
dones ha venido a expresar en su vida en la Tierra. Esa es su causa primera y
en función de dicha causa, será que se teñirá su aspecto en la Tierra (su forma
de expresión). Cada especie está especializada en un aspecto del Amor universal,
en unos dones que los seres humanos podremos aprehender de ellas. Cada especie
tiene su matiz, su aroma espiritual. Cuando nos acercamos con el corazón
abierto hasta ellas, accedemos a su forma de Ser en el Mundo. Por resonancia
nos contagian de ella y nos recuerdan la nuestra. Su equilibrio acaba siendo el
nuestro. Su Presencia, despierta la nuestra.
Las distintas dimensiones de nuestro Ser se
alimentan de las distintas dimensiones de la naturaleza, y digo naturaleza y no
solamente plantas porque lo que he dicho de los vegetales se podría extrapolar
a otros seres como los animales, los hongos, las rocas, los minerales, las
algas, los helechos y musgos, las bacterias y un largo etc. de vida y
consciencia.
Las distintas formas de elaborar una esencia
permiten acceder a determinado rango de actuación de la esencia. A más sutil la
elaboración, más sutiles los resultados, que permiten acceder a información
cada vez más cercana a las causas de los desequilibrios.
Empezaremos, como en una escalera, dando un
primer paso para subir el primer escalón. Solo uno a la vez. Cada paso dado nos
eleva para ver nuestra vida desde una perspectiva más completa, lo que nos
lleva a incrementar nuestra consciencia y el deseo de seguir subiendo y
madurando para comprender más y más. Una escalera infinita llena de escalones y
de seres sientientes que en cada uno de ellos nos ofrecen su mano, su
información y su amor para ayudarnos a ascender. Saben que cuantos más
escalones subamos, mayor será nuestro respeto general por la vida. Saben que
cada vez más seremos Uno y ellos anhelan esa unidad con los humanos.
Somos un ser multidimensional, en un universo
multidimensional. Y la resonancia es una de las leyes que rigen dicho universo
(o multiverso). Cada parte de nosotros reacciona y se equilibra con una parte
específica del todo. En la Tierra tenemos a disposición todas las vibraciones
necesarias para vivir y crecer en todos los niveles y tenemos la capacidad de
conectar con los seres que las visten y pedir su asistencia para el bien de
todos. ¿Te lo crees? Si te lo crees, créalo.
Hace mucho tiempo
que conozco a la Maestra del Mar como persona, pero hace poco que sé de su
maestría. Claro, ella no se llama así a sí misma, sino todo lo contrario, se
ríe cuando la llamo de esta manera. Para ella el mar es una parte de sí misma y
no ve la conexión que tiene con él como algo especial. Una conexión tan fuerte
es rara en los seres humanos, que demasiado a menudo, estamos anclados en lo
temporal y superficial. Sin apenas palabras y desde su adolescencia, el mar ha
sido una parte importante de su vida.
Este pequeño gran texto está escrito por ella. Sin mente, sin explicación formal ni intelectual, desde la sencillez de la vivencia casi diaria, Mayte Barrera nos acerca al Mar. A mí me ha permitido descubrir otra manera de sentirlo y de relacionarme con él y en la siguiente entrada de este curso, me atreveré a ponerle mente y a comentaros un poco de la manera de acercarme a él por si os puede servir de algo, será su guía la que estará también en mis palabras, pero mi forma de acercarme estará teñida también de mi forma de ser.
Ahora os dejo las
palabras de la Maestra del Mar, para que la sal de su conexión entre por
vuestros poros, y las olas tengan la fuerza que necesitáis en cada momento.
Ella siempre
dice: “El Mar siempre te da lo que necesitas”. Que así sea.
“Había nacido en una ciudad de mar, había crecido junto a él. Formaba parte
de su paisaje diario, saltaba sus olas en días de viento y construía castillos
de arena en su orilla.
El mar formaba parte de su vida, formaba parte de “sus cosas”, igual que
aquella canción que tanto le gustaba, las fotos del viaje a Italia, o su libro
favorito.
Un día nublado, todavía era muy joven, estaba llorando (pasaba la mayor
parte de la adolescencia en una montaña rusa, en la que alternaba la alegría
más expansiva con el dolor de una tristeza que le parecía insoportable).
Ese día se encontraron en la punta del espigón. El ruido intenso de las
olas cortando la roca, el viento frío de tormenta y el agua salada que mojaba
su cara y se mezclaba con sus lágrimas, la despertaron y por fin lo VIÓ.
Comprendió que llegarían olas más altas, más fuertes y poderosas pero que
también se acercarían a ella otras pequeñas y silenciosas que le harían crecer.
Dejó de compadecerse y se puso a Escuchar.
Ahora después de muchos años todavía baila con La Mar y esa adolescente, ya
mujer, me dice:
“Acércate desnuda (puede que no haga falta quitarse la ropa…o si). El único ritual es perderse en su azul, estar presente. Siéntate si quieres o quédate de pie. Detén el discurso, el movimiento del pensamiento. Él Mar se mueve por ti y te viste. Tú suelta, déjate llevar, que Él recoge, renueva, devuelve y fortalece.
Observa esas olas diferentes unas de otras como
lanzan mensajes diversos, se asemejan a aquellas personas que llegan a nuestra
vida y de las que aprendemos tanto.
Escucha el sonido del agua al deshacerse en la arena y como la arena la
acepta, responde y vibra. Siente el viento como roza el agua y la mece, píntate
con sus colores y brilla con el reflejo del Sol, fúndete con Él y Baila libre
al son de la naturaleza”.
Doy gracias por conocerle, doy gracias por ser Mar y recibir constantemente
su Regalo”.
Esta frase bíblica ilustra una realidad que se puede extrapolar al lenguaje de la signatura, a ese diccionario planta-humano que estoy tratando de mostraros a través de este curso y también de los vídeos gratuitos de la web, mis libros, etc.
Si las flores, según esta traducción, simbolizaban las ideas, el aspecto creativo, los frutos y semillas representan aquellas ideas que llegan a concretarse. Una planta puede tener miles de flores y apenas unas pocas dar semillas, en otros casos miles de flores son miles de semillas o unas pocas flores ser todas fecundadas al cien por cien o apenas dar una semilla. Las semillas pueden ser abundantes pero tener una corta vida, como las de Willow o Aspen de Bach, que apenas tienen una vida de unos tres días, a partir de los cuales su vitalidad cae en picado.
Las semillas de Elm, no se sabe exactamente el motivo, a pesar de ser muy abundantes, apenas germinan y la reproducción de esta especie suele ser asexual. De la raíz de un árbol adulto emergen brotes que con el tiempo parece arboles distintos, pero en cambio, comparten una misma genética.
Muchos de los frutos que pertenecen a plantas que simbolizan rasgos de obsesión en los humanos, como los estados White Chestnut, Red Chestnut, Cherry Plum, Holly, Honeysuckle, etc. dan frutos amargos, ácidos o con unas ciertas dosis de toxicidad.
El fruto de la obsesión es la amargura, podríamos aventurar.
En el fruto se vuelve a ver la polaridad negativa que se manifestaba en raíces, hojas y tallos y que solo se positivizó en las flores. Siempre desde el punto de vista humano, porque está claro que la planta no tiene ningún desequilibrio como tal, pues en ella todo está compensado.
Veamos algunos ejemplos del sistema Bach:
Impatiens lanza los frutos a propulsión, llegando a los 6 m. A menudo antes que la mayoría estén maduros. El fruto es el proyecto concretado y si lo da por completado antes de tiempo, eso manifiesta precipitación, pues no estará bien terminado.
En Cherry Plum, la almendrita del interior de la ciruela es rica en ácido cianhídrico, que al consumirla se convierte en cianuro en nuestro cuerpo y acelera la respiración y el latido cardíaco. Si se ingiere en bastante cantidad podría llevar a la muerte por un descontrol del corazón. Descontrol. ¿Os suena de algo?
Las semillas de Agrimony están envueltas de unos ganchos que le permiten dispersarse al adherirse al pelo animal y a la ropa de los humanos y así extender su distribución. Esa forma de dispersión requiere de otros seres, al igual que la personalidad Agrimony necesita de los demás para perpetuar su forma de ser y poder huir de sus ansiedades a través de un rico vínculo social en el que nunca está sola.
Water Violet deja que sus semillas caigan al agua y al iniciar su germinación, la semilla fabrica una burbuja de aire mediante la cual asciende a la superficie y allí empieza a desarrollar raíces y hojas y se aleja flotando de la planta madre. Independiente.
La dispersión de las semillas de Clematis por el viento se realiza gracias a una arista plumosa que emerge de su semilla, semilla que por otro lado se parece bastante a un espermatozoide. ¿Podría esa forma en común con las células germinales masculinas tener que ver en que Clematis-5, sea usada con bastante éxito en el incremento del número de espermatozoides en el varón y eso ayude a la capacidad reproductiva?
Podríamos hablar de cada semilla de cada flor de Bach y de muchas otras especies y veríamos que la semilla nos cuenta mucho de la personalidad o el estado correspondiente. Realmente conocemos a la gente, no tanto por lo que cuenta, por lo que cree, o por lo que dice que va a hacer, sino por lo que finalmente hace. Y todos sabemos lo fácil que es pensar o crear en nuestra mente y lo difícil que es realizar en nuestra vida de tres dimensiones, aquello que hemos ideado. Los frutos nos dicen de cada cual, su relación con las ideas, su capacidad de materializar, la energía para hacerlo, o la falta de la misma.
Realmente analizar nuestra capacidad de materializar, nos puede mostrar la esencia floral que podría ayudarnos a mejorar este aspecto y también nos puede ayudar a conocernos en general y a través de un mejor conocimiento de nuestra personalidad es que podemos trascenderla. Que las plantas y sus frutos y semillas sean nuestras maestras.